Como hemos visto durante el curso,
el aprendizaje ocurre diariamente en las experiencias, observaciones,
instrucciones y razonamientos que tenemos, y es la habilidad mental que poseemos
para ir absorbiendo conocimiento.
Reflexionar sobre la forma en que yo aprendo hizo posible evidenciar ciertas
preferencias en cuanto a mi ambiente de
aprendizaje que claramente es personal en cuanto a que facilita mi propia
comprensión y adquisición del
conocimiento, difiriendo notoriamente de la forma en que otros individuos
aprenden. Como aprendiz, tomando experiencias pasadas, he podido darme cuenta
que me es más fácil aprender de vivencias en donde existe una clara conexión entre
lo que estoy aprendiendo y la realidad, de tal forma que logran impactarme, con
lo que asimilo la nueva información. Un claro ejemplo de esto fue aquella
experiencia que tuve en mi bachillerato leyendo el libro Ensayo Sobre la Ceguera de José Saramago, con el cual hicimos
algunas actividades reflexivas sobre el simbolismo de la ceguera y el mensaje
del autor para sus lectores. Lo que realmente me hizo adquirir una nueva
conducta frente a diferentes aspectos de la vida fue el hecho de que la
profesora invitó a todos los estudiantes a vendar sus ojos y a caminar por el
salón durante unos minutos. Con esta experiencia me sensibilicé con respecto a
las adversidades que debe sortear una persona con esta discapacidad física, por
lo que modifiqué varias conductas propias. Así mismo pude entender que más allá
de querer mostrar la situación de los discapacitados visuales, el autor quería
mostrar que muchos de nosotros ignoramos lo que ocurre a nuestro alrededor,
como si sufriéramos de una especie de ceguera, pasando por alto las cosas más
hermosas de la vida.
Este proceso de reflexión mostró también
interesantes resultados acerca de cómo las disciplinas que estudiamos
determinan los ambientes de aprendizaje que nosotros como alumnos utilizamos
para adquirir habilidades e información. En el caso de la economía (mi
disciplina), se enseña en grandes salones magistrales donde es muy difícil que
el profesor pueda ir a un ritmo de aprendizaje en el cual se solucionen todos
los interrogantes de los alumnos. Es por eso que no he podido seguir varias
clases, perdiéndome así de muchas habilidades y conocimiento. Por lo anterior,
he optado por el estudio individual con la ayuda de la literatura de la clase, y para hacerlo, prefiero ubicarme en lugares
donde no existan distracciones de ningún tipo (razón por la cual no estudio en
mi casa), preferiblemente en la biblioteca donde no hay ruido. Además, esta
opción me da la facilidad de buscar algún otro texto para resolver cualquier
duda que me pueda surgir durante mi estudio. El ambiente de aprendizaje que
elegí tiene aspectos positivos como la autonomía y el autodidactismo del
estudiante, sin embargo, en mi opinión, la socialización aportaría un mayor
número de conocimientos ya que cada persona podría agregar su punto de vista
frente al tema, solucionando dudas o creando nuevos problemas que lleven a un
mayor aprendizaje y comprensión de la información.
Definitivamente existen muchos
ambientes de aprendizaje, desde la calle, donde la observación hace posible la
asimilación de información, y hasta en casa, donde la familia como primera
institución inserta en sus miembros ciertos valores y comportamientos. Esto me
hace preguntar, ¿hasta qué punto es la familia capaz de influenciar nuestros
hábitos y nuestros ambientes de estudio?
Me interesaría saber si, por ejemplo, nuestros familiares nos orientan en casa
a estudiar en ciertas horas y bajo ciertas circunstancias desde pequeños (ej:
mucha luz, sin música, sin ruido,…etc.), y cómo afecta esto la elección de
nuestro ambiente personal de aprendizaje. De esto también me surgen preguntas
acerca del aprendizaje a través de las edades del ser humano, como por ejemplo,
¿existe algún tipo de curva de aprendizaje en función del tiempo?, ¿en algún
punto deja la curva de crecer para decrecer (representando esto olvidar cosas
ya aprendidas)? He escuchado que existen edades específicas en donde los niños
son muy receptivos al aprendizaje, pero, ¿qué pasa con los adultos mayores cuyos
sentidos, percepciones y capacidades se van deteriorando? Me interesaría saber
si en algún momento el ser humano pierde la capacidad de adquirir información,
valores o habilidades.
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